Hace algún tiempo que siento que las cosas no transcurren como deberían… poco a poco he comenzado a sentir que no estoy sola, algo extraño ocurre a mi alrededor pero mis ojos mortales no pueden distinguir nada fuera de lo común. Gente pasa a mi lado, pero no me percato de nadie, pues no son más que meros transeúntes… sombras para hablan y se mueven, respiran y sueñan, pero simplemente son eso… sombras. Encima las clases no me van bien… antes me gustaba estudiar... no se simplemente me evadía ahora cada hora de esdio es una eternidad de tortura… intento pensar... razonar pero en mi mente miles y miles de voces cobran forma... hablan… se ríen… lloran o gritan... pero nunca se callan… La soledad ha vuelto a visitarme, trayéndome recuerdos y viejas fotografías veladas… sueños e ilusiones por cumplir muertos en viejos cajones cubiertos por el polvo del tiempo. Nadie alrededor, pero a la vez la multitud intenta llevarte con ellos. Grito en la inmensidad de mi oscura cárcel. Hace tiempo que no veo el brillo del Sol, ¿acaso se habrá apagado?, en realidad no es algo que me preocupe, ya he tenido suficiente con el día de hoy. Por fin llega la noche, mi imperio comienza a reinar, sombras, e ilusiones en cada esquina; como cada noche alguien me visita, no lo veo pero se que esta ahí, en mi cuarto. Decido simplemente darme una ducha, me sentará bien. Mientras recojo un poco veo mi daga, con su empuñadura de madura y su largo y afilado filo cada vez que lo veo me hipnotiza, desde que aquella mañana al pasar delante del escaparate la vi brillar sentí que debía hacerme con ella, costase lo que costase. La empuñadura simulabas dos pares de alas entrecruzadas mientras que su filo de doble hoja brillaba a la luz de un tenue brillo lunar que por la ventana se filtraba. Mientras la bañera se llevaba busqué algunas velas, las tenía en el cajón de siempre, cerré el grifo y con la tenue luz de las velas me introduje en el agua… estaba tibia. Mientras dejaba que mi mente fluyera y m inundaba como el agua que ahora me rodeaba cerré los ojos y pude verla, ante mí… Esos ojos que siempre sentía a mi espalda, eran grandes y de un tono que variaba desde el más profundo azul hasta el rojo más intenso. <>. Lentamente siento que la daga con la que estaba jugando, lentamente se abre paso entre mi piel y el vital líquido que fluye por mi cuerpo se escapa… miro mis muñecas, una profunda línea de color carmesí separa mi piel en 2… el agua de la bañera se tiñe de color, comienzo a sentir que un extraño frío me recorre, pero no siento miedo… sino la mayor tranquilidad que en mi patética vida había podido llegar a sentir. Cuando creo que todo va a terminar, la veo ante mí de nuevo, pero esta vez la luz de las velas no oculta su rostro. En mi cara dibujada una sonrisa, mientras que un bello traje de color negro cubre mi cuerpo, me muestro mi muñeca izquierda y donde tendría que estar el corte, el ANK se dibuja grabado en mi piel… pero la última imagen que recuerdo es como lentamente esa “nueva yo” se cubría la cabeza con una negra capucha… Acto seguido cierros los ojos, pero de repente los vuelvo a abrir… estoy sudando y mi cama se haya completamente desarmada… parece que he pasado la noche dando vueltas… aún no a amanecido, <<¿Ha sido todo esto un simple sueño?>>, no lo sé, pero no podré volver a dormir… hace días que no lo hago. Voy al baño y me lavo la cara pero al llenar mis manos con el agua que corre, veo algo extraño en mi muñeca izquierda…
- Lady Death, teneís trabajo - dice una voz a mi espalda
- Descuida, lo sé. Ha llegado la hora de alguien, solo espero no llegar tarde para acompañarlo…
- Lady Death, teneís trabajo - dice una voz a mi espalda
- Descuida, lo sé. Ha llegado la hora de alguien, solo espero no llegar tarde para acompañarlo…
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