16/6/08

Dolor contigo, dolor sin ti


Dolor. Esa es una de las sensaciones que mi cuerpo reconoce en medio de este torbellino de emociones que recorre mi cuerpo arrasándolo todo a su paso. Y que queda después de eso?
Dudas. Inseguridad. Angustia. Desolación.

Vacío.

Jamás sentí tanta esperanza como la última vez que te vi, ni tanta desesperación. Estos dos sentimientos juntos, al mismo tiempo, hacen que la sangre escueza al pasar por las venas, deseando que se detenga.
Por un segundo mi corazón se detuvo, para luego latir desbocado mientras mis ojos te buscaban sin éxito. Habías desaparecido, como si de todas las personas allí presentes, solo te hubiera visto yo. Una sobredosis de adrenalina me hizo reaccionar e ir en a dirección que creí seguir tu estela. Demasiado tarde. Quedé cegada y ya no vi tu ilusión más.
Aun reúno palabras para describir todo lo que sentí, pero parece que la lista nunca acabe. Solo sé que apenas pude dormir.
Reviví aquel momento una y mil veces más, en mi sueño, intranquilo y desesperado.

Sin duda mi razón quedó nublada. Cometí varios errores. Y ahora tendré que vivir con ellos. Solo espero que con el tiempo esto sea más soportable y sea capaz de perdonarme a mi misma para poder arreglarlo todo. Perdí una oportunidad, pero veo otra a la vuelta de la esquina. Me prepararé para afrontar lo que se me viene encima.

Y si no, asumiré lo que quedará para mi.

El abismo.

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