Me sorprendí recordando pequeños instantes de mi infancia. El colegio, los recreos, los amigos…todo eso se resumía ahora en una sola imagen. Mi adolescencia dio lugar a muchas más experiencias, buenas y malas, pero absolutamente mías. Y ahora, sentada aquí me doy cuenta que en todo este tiempo, tiempo que no he conseguido saborear, que ha sido motivo de lágrimas, no he llegado a comprender cómo las personas somos incapaces de entendernos. Ahora las cosas no son tan sencillas y por mucho que lo intente, una y otra vez, no soy nadie para cambiarlas, soy nada, siempre lo supe. Y me entristece reconocer que esto es lo que me espera el resto de mi vida, que siempre ocurrirán cosas así, que estoy hecha para esto. Una y otra vez, una y otra vez. Un mal sueño, una peor realidad. Y trataré de reponerme, de convencerme a mi misma de que no importa, trazaré líneas, formaré frases, escribiré textos repletos de experiencias que oculten lo que realmente siento.
Ayer fue un infierno, hoy… está bien.
Ayer fue un infierno, hoy… está bien.
2 comentarios:
Kieres controlar el mundo k t rodea y eso no es bueno..... simplemente adpatate a ello no c no intentes controlarlo, solo controla tus sueños solo eso lo demas adaptate a ello
tia te entiendo
lo mejor que puedes hacer es enfrentarte a todo con una sorisa
nunca pierdas tu sonrisa
te quiero
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